Hola querido lector, querida lectora.
A menudo me encuentro con personas que me dicen que quieren “sentir el amor” como si fuese una suerte de “fuerza sobrenatural” que llega o no llega.
¿Sabes qué es el amor?
El RESULTADO DE CONJUGAR EL VERBO AMAR.
El amor no es un sustantivo, sino una acción.
Así como tampoco lo es la felicidad. De eso escribí en este otro artículo.
Amiga, amigo, el amor es una consecuencia, la consecuencia de AMAR.
Por eso el “amor” no surge así, de golpe, de manera caprichosa, porque sí.
El amor «se crea» con nuestros actos diarios.
Lo que ocurre es que al inicio de las relaciones no tenemos amor. No sentimos amor real. Sentimos atracción, deseo, tenemos expectativas, buscamos cubrir una necesidad.
Amar va mucho más allá de las hormonas y de las mariposas del inicio de la relación.
Amar es UNA DECISIÓN VOLUNTARIA Y CONSCIENTE.
Sí, puedes decirme, que en este momento NO te sale tener la decisión voluntaria de amar a tu pareja, porque te ha lastimado. ¡Y te entiendo, te entiendo!
Cuesta mucho más sanar heridas y reconstruir una relación que separarse e iniciar una relación nueva.
Por eso hay cada vez más divorcios y menos relaciones que sanan. Porque vamos a lo que menos duele, a lo que cuesta menos.
Sanar una relación que ha vivido una infidelidad cuesta. No quiero «influenciarte» con fechas. Porque si te digo que se pasa XX tiempo sintiéndose mal después de la infidelidad, hasta que por fin todo empiece a ir mejor dentro de ti y fuera también, quizás tu mente diría, Ah, entonces esto significa que estaré XX tiempo mal hasta que por fin estaré bien.
Cada persona va a diferentes ritmos.
Lo que sí puedo decirte es que todas las relaciones pasan por esa fase «rara» tras una crisis. Que el amor no resurge sin trabajo y sin poner de nuestra parte para acallar a la mente. Que a veces nuestra actitud dependerá de nuestros pensamientos. Pero que muchas veces, TUS PENSAMIENTOS pueden tomar el control y hacer que tengas una MEJOR ACTITUD.
El pensamiento genera un estímulo. Siento dolor. Un pensamiento me trajo dolor. Y esa emoción «estimula» una acción. Esa acción puede ser REACTIVA O RESPONSIVA.
Podemos dejar que nuestro cerebro reptiliano actúe en modo «ataque» o en modo «huida». (discuto y le digo de todo o le digo que se vaya que me quiero separar) o podemos RESPONDER desde el neocórtex.
Esto NO ES CUESTIÓN DE SER MÁS O MENOS INTELIGENTES.
No es cuestión de ser más o menos buenas personas.
No es cuestión de lo que el otro hizo o la magnitud del dolor.
Es cuestión de APRENDER A UTILIZAR EL ESPACIO ENTRES ESTÍMULO Y RESPUESTA A NUESTRO FAVOR mirando en un objetivo a largo plazo.
Puedo sentir el estímulo de un pensamiento doloroso y pensando en ese dolor, tener una reacción en modo ataque/defensa/huida. Sin tener en cuenta el efecto que tiene esto en mi futuro, en el futuro de mi relación, en el futuro de nuestros hijos.
O podemos ELEGIR una RESPUESTA DECIDIDA previamente. Decido que a pesar de mi dolor, cuando sienta ese estímulo, me iré un rato a la cocina, tomaré agua, miraré por la ventana, me pondré los auriculares y escucharé una canción alegre.
Es como tener el botiquín de primeros auxilios, donde tienes vendas, gasas, por si te haces un corte, ibuprofeno, por si te duele la cabeza… Pues ELEGIR QUE HACER ante lo que emocionalmente duele, TAMBIÉN ES POSIBLE.
Y requiere un ENTRENAMIENTO.
Ojalá fuera tan fácil. Esto no es «ah, vale, lo entendí, lo sé y ya lo haré todas las veces».
No.
La mente funciona MUCHO en automático. ¡Si no tomamos voluntariamente el mando, la mente está en automático el 95% del día! Porque la función de la mente no es que seamos felices, sino que comamos, descansemos y procurar nuestra supervivencia, evitar que uno muera. Todo lo demás no es función de la mente. Si no de la CONSCIENCIA.
Tu felicidad es un acto consciente
Amar es un acto consciente.
Responder con inteligencia emocional es un acto consciente.
Y requieren que la parte subconsciente APRENDA este camino neuronal.
Como coach, brindo a mis clientas muchas herramientas. Pero unas pinzas, unos alicates y unos destornilladores guardados en una caja de herramientas no hacen mucho.
Así que empieza a utilizar esas herramientas.
Por tu propia salud mental
Por tu felicidad
Por tus hijos
Y eso mejorará tu estado de ánimo y mejorará tu relación.
Como un efecto dominó. Lo que haces por ti, pensando en lo que quieres a largo plazo, va impactando en ti, pero también en tus hijos, en tu pareja, en tu vida, en la relación y en vuestro futuro.
Se dice mucho eso de ESA PERSONA SE HA HECHO A SI MISMA.
¡Como si los demás no nos hiciéramos a nosotros mismos cada día con nuestras decisiones!
La felicidad es un resultado. El resultado de aprender a gestionar a la mente y las emociones y de tomar acción enfocada en los resultados que tú deseas para ti.
Y eso mejora también la vida de todos los que te rodean… como el efecto dominó. 💪
Viki Morandeira