Una enseñanza de hace 2500 años para una Pareja Plena
Cómo aplicar las enseñanzas de Lao Tsé a tu relación
Hola Gente!!
El sábado estuve con mi esposo y una de mis hermanas en el teatro. Fuimos a ver a un gran actor. Rafael Álvarez “El brujo”.
Increíble la energía a sus 74 años, para hacer una obra unipersonal, durante 2 horas, sin pausas.
Me acordé de él ahora, porque repitió muchas veces una frase que yo utilizo para explicar el funcionamiento de la mente a mis clientes.
La cabra tira para el monte.
Si ya me has leído antes, ya sabes que yo, cuando leo, soy como una cabra. Si. Tengo esa curiosa manía: cada libro que cae en mis manos, cada idea que me lleva a reflexionar, al alma, termina colándose en mi trabajo como coach de parejas.
No importa si estoy leyendo sobre filosofía, espiritualidad o hasta una novela de ciencia ficción; mi cabeza empieza a tejer conexiones con el amor, las relaciones y esa realidad tan humana de compartir la vida con alguien.
Soy así, un poco nerd del corazón, y mi mente se lanza a transformar lo que aprendo en herramientas para quienes quieren fortalecer su matrimonio.
Hoy, quiero compartir contigo un tesoro que encontré: las cuatro virtudes cardinales.
Estaba leyendo el libro: Hua Hu Ching, una recopilación de enseñanzas orales de Lao Tsé.
Las cuatro virtudes que enumera el filósofo chino, fundador del taoísmo, no son reglas estrictas ni un manual rígido, sino una brújula para vivir el amor con más profundidad.
Vamos a ver cómo estas virtudes —reverencia por toda vida, sinceridad natural, mansedumbre y actitud de ayuda— pueden iluminar tu relación, con ejemplos prácticos y un guiño a esas cositas que todos hacemos, a veces sin darnos cuenta, y que nos alejan del camino.
Una Historia para Empezar
Imagina que estás en casa, después de un día largo. Tu pareja llega, te cuenta algo importante, y tú, sin querer, estás más pendiente del teléfono que de sus palabras.
O tal vez eres tú quien quiere compartir un sueño, pero sientes que no te escucha.
Todos hemos estado ahí, ¿verdad? No es que seamos malos compañeros y no nos importe nuestra pareja, es que a veces nos dejamos enredar por lo superfluo.
Pero cuando aplicamos estas cuatro virtudes, esos momentos se transforman.
Vamos a explorarlas una por una, con actitudes que las reflejan, en las que te podrás identificar. Y otras que, bueno, nos hacen tropezar un poquito —sin culpa, que aquí no somos perfectos—.
1. Reverencia por Toda Vida
Qué dijo Lao Tsé
Esta se manifiesta como amor incondicional y respeto por uno mismo y por todos los demás seres.
Cuesta. A mí, por lo menos, reconozco que me resulta difícil ver las 24 horas del día a mi esposo como un ser único, valioso, con sueños, miedos y una chispa divina. A veces caigo en quererle cambiar o en el victimismo.
Aplicar esta virtud supone amar a tu pareja incluso cuando no estás de acuerdo en algo, respetando su esencia sin querer cambiarle.
Actitudes que la reflejan:
- Escuchar con atención plena cuando tu pareja te cuenta cómo le fue en el trabajo. Por ejemplo, apagas la tele, o dejas el teléfono, le miras a los ojos y le haces una pregunta que muestra cuanto te importa.
- Celebrar sus logros, como cuando tu pareja termina ese curso que tanto le costó, con un abrazo genuino o una cena especial, sin compararlo con lo que tú has hecho.
- Aceptar sus imperfecciones, como cuando olvida sacar la basura (¡otra vez!), y en lugar de criticar, le das un beso y lo hacen juntos.
Actitudes contrarias (tranqui, todos caemos aquí alguna vez):
- Ignorar sus emociones porque “no es para tanto”. Por ejemplo, si tu pareja está triste por algo que a ti te parece pequeño, como una discusión con un amigo, y lo minimizas diciendo: “Ya, no te preocupes, eso no importa”.
- Querer que cambie para encajar en tu idea de “pareja perfecta”, como insistir en que sea más extrovertida cuando tu pareja es feliz siendo reservada.
- Dejar que el resentimiento crezca, como guardar silencio después de una discusión en lugar de hablar con amor y buscar soluciones.
Tip: Si sientes ganas de corregir a tu pareja porque dejó los platos sin lavar, respira hondo y recuerda: ¡hasta los platos sucios son parte de esta aventura llamada matrimonio!
2. Sinceridad Natural:
Qué dijo Lao Tsé
Esta se manifiesta como honradez, simplicidad y lealtad.
Ser una persona auténtica con tu pareja, diciendo “tu” verdad con cariño, sin máscaras ni juegos. Es ser leal no solo en lo grande, sino en las pequeñas cosas que construyen confianza.
Actitudes que la reflejan:
- Hablar con honestidad sobre lo que sientes, como decir: “Me sentí un poco solo esta semana, ¿podemos pasar más tiempo juntos?” en lugar de guardártelo y esperar agriamente a que adivine.
- Ser transparente con las finanzas, como compartir que gastaste un poco más de lo planeado en esa salida con amigos, sin inventar excusas.
- Mostrar tu verdadero yo, como confesar que a veces te da miedo no estar haciendo las cosas bien en el matrimonio, abriendo la puerta a una charla sincera.
Actitudes contrarias (sin juzgar, que todos aprendemos):
- Ocultar algo pequeño por “no hacer un lío”, como no contar que te molestó un comentario de tu pareja, y luego explotar por algo insignificante.
- Exagerar o adornar la verdad para verte mejor, como decir que todo está perfecto en el trabajo cuando en realidad estás estresado, dejando a tu pareja fuera de tu mundo.
- Prometer algo que no planeas cumplir, como decir “sí, claro, vamos a salir este fin de semana” y luego cancelar porque “surgió algo”.
Tip: La próxima vez que quieras inventar una excusa para no lavar los platos, prueba con: “Cariño, estoy practicando para el mundial de platos apilados”. Ríete, sé honesto y lávenlos juntos.
3. Mansedumbre
Qué dijo Lao Tsé
ésta se manifiesta como bondad, consideración por los demás y sensibilidad hacia la verdad espiritual.
Es tratar a tu pareja con suavidad, incluso en los momentos tensos. Es ser amable, pensar en sus sentimientos y conectar con esa verdad más profunda que los une.
Actitudes que la reflejan:
- Responder con calma cuando tu pareja está frustrada, como decir: “Entiendo que estás molesto, hablemos cuando estés listo” en lugar de subir el tono.
- Hacer pequeños gestos de bondad, como prepararle un café por la mañana o escribirle una notita que diga “Te quiero, gracias por ser tú”.
- Ser sensible a sus necesidades espirituales o emocionales, como notar que está más callada y preguntarle con cariño: “¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?”.
Actitudes contrarias (sin drama, todos tenemos días malos):
- Dejar que el mal humor te gane, como contestar cortante cuando tu pareja te pregunta algo, justificando tu falta de inteligencia emocional diciendo que tuviste un día pesado.
- Ignorar sus señales de agotamiento, como seguir hablando de tus planes cuando ves que está agotado y solo necesita un abrazo.
- Criticar en lugar de construir, como decir “siempre haces lo mismo” en una discusión, en vez de buscar una solución con amor.
Tip: Cuando sientas que vas a soltar un comentario sarcástico, imagina que tu pareja es un gatito adorable. ¿Le gritarías a un gatito? ¡Exacto! Mejor acaríciale.
4. Actitud de Ayuda
Qué dijo Lao Tsé
ésta se manifiesta como servicio a los demás sin expectativa de recompensa.
Es dar a tu pareja sin llevar la cuenta, ni apuntar en una lista (maldita) lo que cada uno hace, es ayudarle porque su felicidad te importa, no porque esperas un “gracias” o algo a cambio.
Actitudes que la reflejan:
- Hacer algo por tu pareja sin que lo pida, como ordenar la casa cuando sabes que tuvo un día intenso, solo para que pueda relajarse.
- Apoyar sus sueños, como ayudarle a practicar para esa presentación importante, aunque signifique sacrificar tu noche de Netflix.
- Estar presente en los momentos duros, como escuchar sus preocupaciones, solo escuchar, sin tratar de “arreglar” todo, o darle consejos.
Actitudes contrarias (sin culpas, que todos aprendemos):
- Hacer algo por tu pareja, pero luego recordárselo, como decir: “Yo siempre me encargo de esto, ¿y tú qué haces?”.
- Ayudar solo cuando te conviene, como ofrecerte a cocinar, pero solo si es algo que a ti también te gusta comer.
- Esperar que te “devuelva el favor”, como molestarte porque no te agradeció efusivamente por haber hecho la compra.
Tip: Si haces la cama o llevas el coche al taller, no pongas cara de mártir esperando una medalla. Hazlo con una sonrisa y piensa: “Soy el ninja del amor, ¡nadie notará mi grandeza!”.
Un Cierre para Reflexionar
Practicar estas virtudes no significa que tu matrimonio será perfecto —spoiler: ningún matrimonio lo es—. Pero sí te prometo que te acercarán a esa conexión profunda, a esas risas compartidas y a esos momentos en los que sientes que, juntos, pueden con todo.
No se trata de ser santos, sino de intentarlo, con amor, con humor y con ganas de crecer. Así que la próxima vez que tropieces, ríete un poco, abrázate a tu pareja y recuerda: las virtudes no son un destino, son el camino.
Y un último extracto del libro de las enseñanzas orales de Lao Tsé. Apela a la Ley de Causa y Efecto. Las 4 virtudes son la causa. Y lo que sigue, sus efectos.
Las cuatro virtudes no constituyen un dogma externo, sino que forman parte de tu naturaleza original. Cuando se practican, originan la sabiduría y evocan las cinco bendiciones: salud, riqueza, felicidad, longevidad y paz.
Lao Tsé
¿Y tú? ¿Cómo vives estas virtudes en tu relación? Me encantaría leerte en los comentarios. Y si quieres más ideas para fortalecer tu matrimonio, sigue explorando mis publicaciones. ¡Aquí estamos para crecer juntos, con humildad y un toque de risa!
Viki Morandeira
Coach ontológico
Te ayudo a vivir en plenitud y sobretodo, en pareja.