¿Te has puesto a pensar cómo afectan tus patrones victimistas a tu relación?
Una mirada empática para sanar la relación
¡Hola gente!
Uno de los errores más comunes en la pareja es creer que nosotros lo hacemos mejor y que estamos dando más que el otro. Y esa creencia nos hace caer en patrones victimistas.
Cuando nos sentimos víctimas, podemos caer en el deseo de que la otra persona cambie su comportamiento para aliviar nuestras propias emociones. Esto, a menudo, desemboca en dinámicas de chantaje emocional.
El chantaje emocional puede hacer que tu pareja haga lo que tú quieres, pero el beneficio es momentáneo, porque a largo plazo siempre termina dañando la relación.
Te invito a reflexionar y a reconocer si caes en alguno de estos patrones de conducta. Y por supuesto, ¡a cambiarlos!
Ganar desde el victimismo
Acompáñame a explorar cómo ciertas actitudes afectan a tu pareja y cómo puedes transformarlas para construir una relación más sana y amorosa.
1. Rol de mártir: cuando el sacrificio se convierte en culpa
Tu actitud: Cuando dices: «Yo siempre hago todo» (también estás diciendo, aunque sin palabras, que no valora tus esfuerzos).
Cómo afecta a tu pareja:
Cuando te presentas desde el rol de mártir, consigues que tu pareja se sienta abrumada por la culpa.
Muchas veces mis clientas me comentan que su pareja no le da las gracias por ciertas tareas que ellas hacen. Y creen que es falta de gratitud. Sin embargo, la realidad detrás de que no den las gracias, no es que sean personas desagradecidas. Es el dolor de la culpa tras una actitud victimista. Y lo tengo comprobado, porque yo misma tenía este rol. Cuando cambié mi manera de “hablar sobre lo que hago”, mi esposo empezó a decir gracias en muchísimas más ocasiones, que cuando lo intentaba (sin saber) desde el chantaje emocional.
Con un error puedes hacer dos cosas: repetirlo o aprender.
En lugar de agradecer tus acciones, si caes en el chantaje, tu pareja se siente presionada a compensarte constantemente. Y eso le genera dolor y cansancio emocional.
Ejemplo:
— Tú: «A nuestra tercera hija no le cambiaste el pañal ni una sola vez».
— Tu pareja: Se siente culpable y agobiada, como si nunca pudiera hacer lo suficiente para compensarte.
Alternativa sana:
En lugar de acumular resentimiento, puedes hablar de lo que tú haces de manera creativa, y hasta divertida.
Y este es un ejemplo real que yo misma he aplicado.
En vez de quejarme o reclamar a mi esposo porque no hubiera cambiado tantos pañales como yo, hice lo siguiente. Dije: — ¡La cantidad de pañales que gasta un niño hasta que aprende a ir solo al baño! Y me puse a sacar las cuentas. Nuestros tres hijos más o menos dejaron el pañal a la misma edad, dos años y medio. Calculando, 5 pañales por día, 365 días, por dos años y medio; es un total de ¡¡4.500 pañales por hijo!! ¡¡¡Ufff, pues vaya que hemos cambiado pañales!!!
Y como tu pareja es consciente que ha cambiado XX pañales, toma consciencia de que tú has cambiado el resto. Y puede mostrar gratitud sin sentir culpa.
2. El chantaje emocional: cuando el amor se convierte en moneda de cambio
Tu actitud: «Si realmente me amaras, harías esto por mí».
Cómo afecta a tu pareja:
El chantaje emocional hace que tu pareja sienta que su amor está en constante evaluación. Con lo que lo normal será que sienta ansiedad y la sensación de que nunca es suficiente, lo que puede llevar a una desconexión emocional.
Ejemplo:
— Tú: «Si de verdad me amaras, elegirías salir conmigo en lugar de ver ese partido».
— Tu pareja: Además de sentir que no es libre para hacer algo que le gusta, se siente presionada y cuestionada, como si su amor dependiera de cumplir con tus expectativas.
Alternativa sana:
Ser realista. Posiblemente pasen juntos la mayor cantidad de días, comparado con los días que sale sin ti, va a ver a su familia o hace algo que le gusta hacer. Deja de ponerte a la altura de sus hobbies, de su familia o de las amistades. No somos comparables. Te necesita a ti, y también hacer aquello que le gusta, ver a su familia y salir de vez en cuando con sus amistades.
Respeto y cero chantaje es la mejor decisión.
3. El «buenismo» camuflado: cuando la bondad esconde segundas intenciones
Tu actitud: «No te preocupes, ya lo haré yo».
Cómo afecta a tu pareja:
Tu pareja puede sentirse manipulada, como si tus actos de bondad tuvieran un precio oculto. No siente que hagas las cosas desde la generosidad o desde tu propia voluntad. No te ve como “buena persona”, lo que más ve es su dolor, porque se puede sentir culpable de que tú hagas eso que tu pareja no tenía muchas ganas de hacer. Esto genera desconfianza y la sensación de que no puede ser libre en la relación.
Ejemplo:
— Tú: «No te preocupes, yo me quedo en casa con los niños, mientras tú sales con tus amigos».
— Tu pareja: Se siente culpable y termina cancelando sus planes, pero sintiendo dolor.
Alternativa sana:
Haz las cosas que quieras hacer. Aprende a decir que no cuando no quieras hacer algo. Y respeta también los no de tu pareja. En más de una ocasión mi “buenismo” ha sido tema de discusión en casa. Porque si yo digo a todo que sí, y mi esposo dice que no, él siente que es “el malo”. Y no es así. Tras darme cuenta de que mi incapacidad para decir que no le estaba afectando, puse mucho más de mi parte para aprender a decir que no. Y si hago algo, porque quiero hacerlo, lo hago. Sin esperar nada a cambio, ni de mi pareja, ni de mis hijos.
4. El silencio que hiere: la ley de hielo como castigo
Tu actitud: Silencio absoluto después de una discusión. Dejan de hablarse, a veces, durante varios.
Cómo afecta a tu pareja:
El silencio prolongado genera ansiedad y confusión en tu pareja. En lugar de resolver el conflicto, lo amplifica, creando una barrera emocional entre los dos.
Ejemplo:
— Tú: Silencio y mirada triste o con rabia, durante horas o días.
— Tu pareja: Se siente angustiada y desconectada, sin saber cómo acercarse a ti.
Alternativa sana:
Si han discutido, y tu actitud solía ser la de la Ley del hielo, te invito a que hagas otra cosa. Pide perdón. Sí. Incluso aunque creas que tú tienes razón y tu pareja es quien debería pedirte perdón. Tras 15 años analizando peleas y discusiones de más de 3.000 relaciones de pareja, puedo asegurarte que todas, o casi todas, se habrían resuelto mucho antes si hubieran pedido disculpas, perdón, en lugar de esperar que su pareja lo hiciera. Y en casi 38 años en pareja, ha sido después de 21 años juntos que he empezado a poner en práctica esto. Y te digo que es mucho mejor.
La mayoría de las veces, si hemos discutido, los dos hemos podido decir o hacer algo que ha dañado a la otra parte. Sé valiente y discúlpate por tu parte. Y deja que tu pareja, poco a poco, se sienta más cómoda en la relación. Comprobarás como de esta manera también te pide disculpas, algo que nunca conseguiste con la ley de hielo.
5. Las comparaciones que duelen: cuando el otro nunca es suficiente
Tu actitud: «La pareja de “tal” siempre hace esto, ¿por qué tú no?».
Cómo afecta a tu pareja:
Las comparaciones hacen que tu pareja se sienta menospreciada y poco valorada. Esto erosiona su autoestima y la confianza en la relación.
Ejemplo:
— Tú: «Mi amigo Pablo le regaló flores a su novia solo porque tuvo un mal día».
— Tu pareja: Se siente insuficiente y cuestionada, hundida, sobre todo si piensa que nunca podrá cumplir con tus expectativas, o que le estás obligando a ser como otras personas, sin aceptarle como es.
Alternativa sana:
Celebra las cualidades de tu pareja. Por ejemplo: «Aprecio mucho cómo me apoyas en los momentos difíciles. Eso significa mucho para mí». Los cumplidos y la gratitud, cuando son sinceras, son una alternativa mucho mejor a la crítica y las comparaciones odiosas. (que se llaman precisamente así porque generan dolor, incluso odio)
Cambiar para sanar
A mí me ha costado identificar estos patrones victimistas. Uno no es consciente de que ha tomado este rol. Es más, llegas a creer que el problema realmente es el otro. No es tarea fácil. Pero puedes comenzar a prestar atención a estas 5 actitudes. Serán el primer paso para transformar tu relación. Recuerda que el amor no se trata de ganar o perder, sino de construir juntos un espacio de confianza, respeto y comprensión.
La próxima vez que te sientas tentado/a a usar una de estas estrategias, pregúntate: «¿Cómo me sentiría yo si mi pareja hiciera esto?». La empatía es la clave para romper el ciclo y crear una relación más sana y feliz.
Y si te das cuenta de que has lastimado a tu pareja, no temas pedir disculpas y trabajar juntos en mejorar. Al fin y al cabo, el amor no es perfecto, pero puede ser maravilloso cuando ambos ponen de su parte.
¿Te has sentido identificado/a con alguno de estos patrones? ¿O has sido víctima de ellos?
Yo he tenido durante años una actitud victimista, algo de lo que no era consciente. Y puedo asegurarte que afectaba a mi pareja y a nuestra relación. Dejar esa actitud dañina supuso un antes y un después en nuestra relación. No será de un día para otro. Pero un día tras otro notarás los cambios. Hazlo. ¿Qué puedes perder?
Comparte tu experiencia en los comentarios y hablemos de cómo podemos construir relaciones más amorosas y respetuosas. ¡Juntos aprendiendo y creciendo! ❤️
En realidad es muy difícil la parte afectiva.