¡Hola!
¿Cómo llevas diciembre? ¿Preparando las fiestas? ¿Cómo las vives? ¿Con que emociones?
Algunas veces, aunque empecemos a organizar un evento con meses o semanas de antelación, conforme va llegando la fecha, llegan las prisas… y la ansiedad.
Muchas emociones, conductas y actitudes habituales en cualquier momento del año, como la prisa, el perfeccionismo, la ira o la culpa, tienen un origen común: el miedo.
Miedo a ser juzgados.
Miedo a fallar.
Miedo a perder algo.
Miedo a no tener el control.
Miedo a ser lastimado.
Miedo a no ser como debería ser.
Miedo a algún tipo de castigo (una multa, por ejemplo)
En PNL decimos que toda conducta humana tiene una intención positiva o adaptativa. Cuando vamos con prisas, la intención positiva es evitar el dolor que nos producen estos miedos. Es una conducta adaptada al ritmo frenético de vida que se tiene en la actualidad en muchos hogares. :(
Cada una de estas conductas o actitudes esconde una necesidad.
Bien de protección, control o validación.
Reconocer al miedo, escondido, te permite liberar su energía y transformarla en paz, aceptación o amor.
¿Cuál es tu miedo?
Esa es la pregunta que te invito a hacerte la próxima vez que notes que vas con prisas.
Darte cuenta de tus emociones, desde una perspectiva consciente, analizando situaciones cotidianas, con los pensamientos asociados. En este artículo te daré alternativas para sustituirlos con ideas que te generen emociones sanas.
Dice Guillermo Borja, en su libro La locura lo cura:
Vivimos en una sociedad enferma. Basta considerar solo dos de sus síntomas: la insatisfacción y la incapacidad de vivir en paz. Hay una intranquilidad en lo elemental.
Ser feliz y vivir feliz es algo posible. Y no te lo dará la sociedad, ni tus padres, ni la pareja. Es algo que está bajo tu responsabilidad. Es un proceso, un aprendizaje. Nadie puede aprender por ti. Yo sigo aprendiendo cada día.
La prisa es miedo
Piensa en los momentos en los que vas con prisas. Tienes miedo a no llegar a tiempo, a fallar. Quizás es miedo a no cumplir las expectativas de alguien. O fallar a tus expectativas, a tus propios “yo debería”.
Ejemplos cotidianos:
1. Fiestas: Preparas todo, la casa, la cena, pero en lugar de hacerlo con amor y disfrutando, lo haces con ansiedad … temes no terminar a tiempo o no cumplir con las expectativas familiares.
2. Trabajo: Estás haciendo un informe, sobre un tema que te apasiona, pero en lugar de estar feliz, vas a toda prisa, con angustia para entregarlo antes de la fecha límite… por miedo a ser considerado incompetente o quizás despedido.
3. Colegio: Corres cada mañana, y en lugar de empezar el día con una sonrisa, discutes con tus hijos, para que los niños no lleguen tarde a clases… temiendo que los castiguen, si no llegan a la hora que deberían llegar.
Pensamientos asociados
— “Tengo que tener todo perfecto para la cena, o me criticarán.”
— “Si no termino a tiempo temo que me puedan despedir”
— “Debemos llegar rápido, tengo miedo a que castiguen a mis hijos.”
Una vez que has detectado cuál es el miedo que está detrás de tu prisa, y lo has podido “nombrar”, llega la segunda parte: cambiar ese pensamiento por uno que te dé paz y tranquilidad.
Pensamientos alternativos
— “Es una fiesta y voy a disfrutar de los preparativos y de la cena. Es posible que no todo sea perfecto. Me permito aceptar eso. Lo importante no es la perfección, sino el amor con el que hago las cosas y disfrutar de lo que hago.”
— “Confío en que conozco mi área de trabajo, voy bien, llego en el tiempo perfecto, no tengo que demostrar nada, yo sé quién soy y lo que valgo.”
— “Elijo que las mañanas con mis hijos, antes del cole, sean momentos de alegría y paz, para empezar todos bien el día. Puedo hacerlo mejor. Puedo tratarlos bien, y entender que son pequeños, que se levantan muy pronto, que les gustaría seguir durmiendo. Podemos encontrar la manera de organizarnos mejor para desayunar con calma en lugar de prisas. Elijo respetar lo valioso, a mis hijos y nuestra relación madre/padre-hijos, por encima de lo importante que pueda ser llegar a tiempo al colegio.”
Todo cambio es interior. Y tu vida y la de tu familia y pareja mejora a medida que tú vas haciendo estos cambios de pensamiento. Sigue. Verás los resultados como los ven todas mis clientas y clientes.
Si te apetece, puedes escuchar este audio. Durante 9 o 10 años tuve un espacio semanal en la radio. Este es uno de esos episodios.
Programa de Radio, Historias para ser Feliz
El perfeccionismo, también es miedo
El perfeccionismo esconde el miedo a ser rechazado por otros, pero también el miedo a que tu juez interno te diga que lo has hecho mal. Detrás de una conducta perfeccionista está tu voz enjuiciadora diciéndote que DEBERÍAS hacerlo todo bien. Esa voz que te condena por ser humano y fallar, como es normal, alguna vez. Es muy duro vivir así.
La ira es miedo
La ira es una respuesta secundaria, un disfraz que oculta vulnerabilidades más profundas, como el miedo a perder el control, el respeto o la seguridad. En lugar de expresar directamente lo que nos asusta, reaccionamos con enojo.
Puedes enfadarte porque los demás no ayudan, gritar a alguien que no ha cumplido con una tarea o responder agresivamente a tu pareja si sientes que no te valora.
La culpa es miedo
La culpa surge del miedo a no ser digno de amor o aceptación porque creemos haber fallado o dañado algo. Es un recordatorio constante de nuestras imperfecciones, pero también de nuestras expectativas irreales hacia nosotros mismos.
La indecisión es miedo
La indecisión es miedo a elegir mal, a ser juzgados por nuestras elecciones o gustos, o a enfrentarnos a las consecuencias. Nos paraliza porque creemos que una elección equivocada podría definirnos o dañarnos.
Transformando el miedo en consciencia
Yo aún sigo teniendo miedos. Pero estoy en proceso de deshacerme de ellos.
Voy tomando consciencia, cada vez teniendo menos miedo y más veces viviendo en paz y calma. Reconocer el miedo detrás de tus reacciones es un acto de amor propio.
Cada emoción puede ser un maestro si te detienes a observarla sin juicio. En lugar de dejarte llevar por pensamientos limitantes, puedes cultivar ideas que te conecten con tu verdadera esencia: paz, suficiencia y confianza en el momento presente.
En estas fiestas, en el trabajo o en tu vida personal, recuerda: El miedo puede disfrazarse, pero siempre puedes elegir responder desde el amor.
Viki Morandeira