Pensamientos que pueden salirte muy caros.
Aunque pensar es gratis, determinado tipo de pensamientos harán que pagues un precio muy alto, en tu vida.
¡Hola!
Hoy me gustaría hablarte de pensar bien, pensar bonito, en lugar de tener esos pensamientos que te pueden costar muy caros. Tanto en tu vida, como en tu relación de pareja. Comenzamos.
¿Alguna vez te has sorprendido pensando algo como “Mi vida es la que es. No puedo hacer nada para mejorarla”? O, ¿has dicho “Mi pareja nunca mejorará”?
Si es así, déjame preguntarte algo: ¿qué pasaría si te dijera que lo que puede transformar tu vida y mejorar tu relación de pareja no cuesta un centavo?
Sí, porque pensar es algo que está al alcance de todos. Y es gratis.
Pero, espera. También te diré esto: algunos pensamientos sí pueden salirte carísimos.
Sé lo que estás pensando:
—“A ver, Viki, me dices que pensar es gratis y luego que algunos pensamientos cuestan caro. ¿En qué quedamos?”
Déjame explicarte: pensar es gratis, pero hay pensamientos que tienen un precio muy alto porque te roban posibilidades.
Son esos pensamientos limitantes que terminamos creyendo como si fueran verdades absolutas. ¿El resultado? Una vida limitada por paredes que no existen más que en tu mente.
Los pensamientos más caros
Por ejemplo, los “no puedo” son de los pensamientos más caros que hay. Cada vez que piensas “no puedo” y lo aceptas como verdad, estás pagando con oportunidades perdidas, con sueños que nunca intentaste alcanzar.
En otras palabras, estás invirtiendo en una prisión mental que solo tú has construido.
Por ejemplo, ¿cuántas veces alguien evita postularse a un nuevo empleo porque piensa “seguro no soy lo suficientemente bueno”? O tal vez te censuras y no dices lo que sientes porque en tu mente escuchas un: “no tiene caso, no me van a entender”.
Esos pensamientos no solo te frenan, sino que, con el tiempo, pueden desgastar relaciones, oportunidades y hasta tu autoestima.
Piensa en alguien que constantemente dice “esto siempre me sale mal”. ¿Qué hace? Ni siquiera intenta mejorar porque ya está convencido de que no puede. O en una pareja donde uno de los dos cree “seguro me va a dejar por alguien mejor” y esa inseguridad acaba arruinando la relación. Esos pensamientos son como un veneno: empiezan siendo pequeños y terminan contaminándolo todo.
¿La buena noticia?
Esa cárcel no tiene llave porque no la necesitas. Lo único que hace falta es cambiar la percepción. Dudar de ese “no puedo” y preguntarte: ¿De verdad es cierto o es solo un pensamiento caro que me estoy comprando hoy?
La vida no mejora por arte de magia, pero mejora cuando tú decides mirar más allá de lo que crees imposible.
Y ese cambio empieza en tu mente, con pensamientos que no te cuesten lo más valioso: tu potencial.
Puedo decirte que hay una diferencia notable entre las personas que me escriben queriendo hacer todo lo necesario y las personas que lo hacen creyendo que no pueden hacer nada para cambiar la situación que están viviendo con su pareja.
Entenderás quienes consiguen mejores resultados, ¿verdad?
Sigo, en el siguiente post, con este tema, porque es realmente importante que aprendas a que tu mente sea tu aliado y no tu enemigo.
¡Un abrazo!!!