Hoy no lo sabes

Pero todo es perfecto así tal y como es.

¡Hola! Espero que estés llevando bien este mes de julio. ¿Están saliéndote las cosas como te gustaría? ¿Cómo deberían salir? ¿Estás haciendo lo que hay que hacer?

Espera… Evita esa dureza contigo. Con las circunstancias de la vida. Porque a veces, lo que pasa es lo que tiene que pasar.

Aunque por lo general nuestra mente cree que sabe cómo deberían ser las cosas…

Y esto, cada uno puede interpretarlo según su mente lo quiera interpretar.

Ante un hecho, cada mente piensa, interpreta y “sentencia” (como el más veloz de los jueces).

Si haces silencio y escuchas un poco, comprobarás que es fácil detectar los juicios que hace tu mente a diario.

DEBERÍA

Toda expresión que incluye un “debería” es un juicio.

Es decir, algo que tu mente te dijo que ASÍ debería ser, hacerse, y no de otra manera.

• Deberías salir ya. Vas a llegar tarde.

• Deberías haberte dado cuenta de que las cosas no iban bien.

• No Debería decir tanto que sí a los demás (hijos, esposo, etc.) para dedicar mis horas matutinas a escribir.

TENGO QUE

Un “hermano gemelo” del debería es el Tener qué.

Tu mente te puede decir de esa manera sus juicios.

• No tendrías que haberte quedado a tomar esa cerveza.

• Tienes que acabar tu carrera.

• Esa persona tendría que haber hecho las cosas de otra manera.

HAY QUE

Y el trillizo de los anteriores jueces de tu mente, los hay qué.

• Hay que cumplir siempre.

• Habría que hacer las cosas ya.

• Hay que estar siempre atento a todo.

¿Te escuchas pensando lo que tú, los demás, o la vida deberían hacer? ¿Tu mente te repite a diario lo que no está bien porque tendría que ser de otra forma? ¿Escuchas a tu mente insistir en lo que hay que tener/ser/hacer/haber hecho?

Todo es perfecto

Te comparto este texto que me inspiró para el post de este jueves.

Después de los atentados del 11 de septiembre, una empresa que tenía sus oficinas en el World Trade Center invitó a sus ejecutivos y empleados que por alguna razón habían sobrevivido al ataque, para compartir su sus experiencias.

La gente estaba viva por las razones más pequeñas. Eran pequeños detalles como estos:

- Al director de una compañía se le hizo tarde porque era el primer día de kínder de su hijo;

- Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo;

- A uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente;

- A otro sobreviviente se le fue el autobús;

- Alguien se tiró comida encima y necesitó el tiempo para cambiarse;

- Uno tuvo un problema con su auto, que no arrancó;

- Otra regresó a contestar el teléfono;

- Otra, ¡tuvo un bebé!

- Otro no consiguió un taxi.

Pero la historia que más impresionó fue la de un señor que se puso un par de zapatos nuevos esa mañana, y antes de llegar al trabajo le había salido una ampolla. Se detuvo en la farmacia por una curita y por eso está vivo hoy.

Reflexiones

Todo lo que pasó (aunque la mente no pare de juzgar) es lo que debió pasar y tenía que pasar para que esas personas no murieran ese día. Y también, en tu vida, en la de tus antepasados, y en la mía, tuvo que pasar exactamente lo que pasó para que hoy estemos aquí.

- esa crisis de pareja que te llevó a buscar en Google y encontrarme.

- esa amiga que ese día te falló y pasaste la tarde leyendo algo que hizo click en tu mente.

- esa situación que te hizo tomar decisiones y hacer cambios en tu vida.

Cada evento es causa de posteriores consecuencias.

¡¡Pero nos empeñamos en juzgar que así no deberían ser las cosas!!

Lo que ocurre es que las estamos juzgando antes de tiempo.

Imagino a la persona a quien se le cayó comida encima, diciéndose que aquello no tendría que haberle ocurrido. O a quien perdió bus diciéndose “tendría que haber salido de casa 30 segundos antes”.

“Este es el lugar exacto en el que estar en este preciso momento”…

Aceptar

No sabemos hoy, si gracias a esta crisis de pareja o a su infidelidad (o a la tuya) vuestra vida será mejor.

¿Y si es mejor?

¿Y si es justo lo que tenía que ocurrir para que la vida les traiga algo maravilloso?

Ahora, para los suscriptores, les contaré lo que creí que no debía pasar, pero que al final fue perfecto y lo que debía pasar para estar hoy aquí.