Si cuando yo cambio, todo cambia, entonces ¿Qué es la realidad?
La Realidad como Creación: Un Viaje desde la Mente hasta la Existencia
¿Te has detenido a reflexionar sobre cómo tus pensamientos y emociones influyen en la manera en que percibes el mundo que te rodea?
¿Qué papel crees que juega tu mente en la creación de tu realidad cotidiana?
¿Has notado cómo tus acciones y decisiones están influenciadas por tus pensamientos y creencias?
¿Qué cambios podrías hacer en tu forma de pensar para mejorar tu experiencia de la realidad?
Todo pasa por tu mente
En un mundo donde la realidad parece transcurrir fuera de nosotros, ¿qué papel juega nuestra mente en la creación de esa realidad? Para comprenderlo, es crucial explorar los conceptos de realidad a lo largo de la historia y en diferentes culturas.
Desde la antigua Grecia hasta la India milenaria, la noción de realidad ha sido objeto de profunda reflexión.
Los griegos la concebían como una entidad objetiva. Independiente de la mente humana. Para los griegos, la realidad existía por sí misma y no dependía de la percepción o interpretación individual de las personas. Esta concepción implicaba que había una verdad o realidad única y objetiva que podía ser descubierta mediante la observación, la razón y la lógica.
Mientras que en la India, se entendía que la mente tenía el poder de dar forma a la sustancia misma de la realidad. Aquí nace la idea de que la realidad comienza en la mente, y que, en última instancia, es una experiencia individual.
Plantean que la realidad no es simplemente una entidad externa, sino que emerge de la mente misma. En estas tradiciones, se sostiene que la realidad es una proyección de la conciencia, y que nuestra percepción y experiencia del mundo están intrínsecamente ligadas a nuestra mente y nuestra conciencia individual. De esta manera, se afirma que la realidad es una experiencia subjetiva, y que nuestra mente desempeña un papel crucial en su creación y comprensión.
Desde el Coaching Ontológico
Al empezar mi carrera, la formación en coaching ontológico, descubrí que la realidad podía no ser como mi mente la veía.
Desde la perspectiva del coaching ontológico, la realidad se ve como una construcción social y lingüística en la que participamos activamente como seres interpretativos.
Tu mente, la mía, la de tu pareja, todas las mentes, interpretan el mundo a través de su propio filtro perceptual, formado por sus experiencias pasadas, creencias, paradigmas y emociones.
En este sentido, no hay una realidad objetiva y universal, sino múltiples realidades subjetivas.
El observador
Una de las ideas clave en el coaching ontológico es la noción de ser un observador diferente.
Esto fue lo que hizo explotar 🤯 mi cabeza allí por 2009.
Podía tomar distancia de mi propia realidad para centrarme en como yo la percibía. Y en cambiar mi interpretación estaba la clave.
Un observador diferente te permite tomar conciencia de tu manera habitual de percibir e interpretar la realidad, y facilita abrir tu mente a la posibilidad de adoptar diferentes perspectivas.
Gracias a una observación nueva, más amplia, también se amplía nuestro repertorio de acciones y respuestas ante las situaciones, lo que nos permite generar resultados diferentes en nuestra vida.
Eso cambió mi vida por completo, al poder pasar de una realidad de víctima a una realidad de protagonista.
Tenemos mucho más poder sobre pasado, presente y futuro, del que nos imaginamos (y del que usamos).
La interpretación
Entender que somos seres interpretativos hace que podamos asumir que nuestras interpretaciones de la realidad no son hechos objetivos, sino construcciones subjetivas que podemos cuestionar y reevaluar.
En lugar de quedarte en la trampa de interpretaciones limitantes o negativas, el coaching ontológico te invita a explorar nuevas formas de percibir y relacionarte con el mundo que te rodea.
El reencuadre
El poder del reencuadre es otra herramienta fundamental en el coaching ontológico.
Consiste en analizar cómo interpretamos una situación dada, ampliando esa interpretación para tener más respuestas y acciones para resolver esa situación.
Al adoptar un reencuadre más positivo o útil, podemos transformar los desafíos en oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
Gracias a esa nueva perspectiva que me aportó el coaching ontológico, pasé de víctima de mi realidad a ser protagonista de los cambios y constructora de mi nueva realidad.
Al ser conscientes de nuestra manera de interpretar el mundo y desarrollar habilidades para ser observadores diferentes, podemos expandir nuestras posibilidades de acción y generar resultados más satisfactorios en nuestra vida.
La realidad es maleable
Aprendemos que la realidad es maleable, y que nuestras palabras, sentimientos y energía pueden influir en ella de manera significativa.
Este poder de influencia nos invita a reflexionar sobre el concepto de ser el cambio que deseamos ver en nuestra realidad. ¿Cómo podemos hacerlo?
Comenzando por comprender que tus expectativas modelan tu experiencia, y que un viaje interior hacia el cambio de mentalidad puede transformar tu realidad exterior.
En lugar de preocuparte por el "cómo", enfoca tu mente en el "qué" deseas.
Lo que decimos, creamos
Pero, ¿cómo plasmamos este poder creativo en nuestras vidas diarias? La respuesta radica en tus palabras. Tus palabras son la herramienta fundamental para dar forma a tu realidad. Por lo tanto, es crucial hablar con intención y alinearte con la vida que deseas vivir.
Al comprender que somos los arquitectos de nuestra realidad, podemos trascender los límites de nuestros paradigmas y crear nuevos caminos alineados con lo que deseamos para nuestra vida.
Al final del día, somos nosotros quienes movemos nuestra lengua, y por ende, nuestro destino.
Dale un momento de reflexióna esta idea.
La realidad no es simplemente algo que ocurre fuera de ti; es una creación continua de tu mente, tus palabras y tus acciones. (No hacer nada también es una acción con consecuencias)
Al abrazar tu poder creativo y vivir con intención, puedes transformar tu realidad.
En la pareja
En el contexto de las relaciones de pareja, la percepción individual de la realidad se vuelve aún más evidente. Cada persona trae consigo su propio conjunto de paradigmas, expectativas y experiencias que moldean su visión del mundo y de la relación misma. Es en esta intersección entre las realidades individuales donde se construye la dinámica de la pareja.
Las expectativas que cada uno lleva consigo pueden ser tanto una fuente de conexión como de conflicto. Si ambos miembros de la pareja comparten una visión alineada de la realidad que desean crear juntos, pueden fortalecer su vínculo y trabajar en armonía para manifestar esa visión. Sin embargo, cuando las expectativas difieren, pueden surgir tensiones y desafíos que ponen a prueba la relación.
La comunicación juega un papel fundamental en la creación de la realidad compartida en una relación. Las palabras que utilizamos para expresar nuestros deseos, necesidades y sueños tienen el poder de dar forma a la experiencia compartida de la pareja.
Es importante hablar con sinceridad y claridad, y estar dispuesto a escuchar y entender la realidad del otro para construir una conexión auténtica y profunda.
Además, el concepto de ser el cambio que deseamos ver en nuestra realidad cobra especial relevancia en las relaciones de pareja.
En lugar de esperar a que la otra persona cambie o que la relación mejore por arte de magia, cada miembro de la pareja tiene la oportunidad de liderar con el ejemplo y cultivar la transformación desde dentro.
Al asumir la responsabilidad de nuestras propias acciones y actitudes, podemos inspirar y motivar a nuestra pareja a crecer y evolucionar junto a nosotros.
En última instancia, las relaciones de pareja son un reflejo de la realidad que creamos juntos. Al comprometernos a construir una realidad basada en el amor, la comprensión y el respeto mutuo, podemos cultivar relaciones profundamente satisfactorias y significativas que nos ayuden a alcanzar nuestro mayor potencial tanto individual como conjuntamente.
Viki Morandeira