¿Conoces tu mente? Te faltarán bastantes cosas.
Los psicólogos sociales, los neurocientíficos, los psicobiólogos, etc., etc., etc. aún siguen investigando y aprendiendo. Así que lo normal es que no sepamos mucho sobre nuestra mente.
Hoy, una de mis “chicas” me escribía que tenía varios mensajes para responderme, y que eso estaba ocupando espacio en su mente. Para “liberar” ese espacio, me respondía a los mensajes que teníamos pendientes.
A lo que le respondí:
—¡A mi cerebro también le pasa!!! A veces consigo decirle: “Tranquilo, ¡no hace falta que me lo recuerdes! ¡En cuanto yo entre al mail lo veré todo! ¡Así que puedes dejar ya de agobiar, joe!!”jajajajaja
El Efecto Zeigarnik
¿Te pasa a ti también eso? ¿Recuerdas aquel curso de inglés que nunca acabaste? ¿Te martillean la cabeza esos WhatsApp que no has contestado? ¿Se repite en tu mente una y otra vez esa conversación que no quedó concluida?
Si te ocurre, puedes tranquilizarte. ¡Eso significa que tu cerebro funciona como el de la mayoría!
Y no te creas que esto es algo malo, como los Sesgos en algunas ocasiones, sobre todo durante una infidelidad. :( Si no has leído sobre los sesgos cognitivos en la infidelidad y te interesa, haz click aquí.
Que nuestro cerebro haga esto funciona de manera positiva para terminar muchas tareas. Incluso Hemingway utilizaba esta "condición" del cerebro. Cuando se sentaba a escribir uno de sus libros, y tenía que dejar de escribir, jamás lo hacía con una escena terminada o una frase con punto final. Siempre se levantaba de su sesión de escritura dejando una frase inconclusa.
No sé si Ernest Hemingway era conocedor de lo que se llama Efecto Zeignarik o no, pero sí que lo utilizaba y le dio muy buenos resultados. Publicó 15 libros a lo largo de su carrera y valiéndose de la incomodidad del cerebro humano ante las tareas inconclusas.
¿Qué es el Efecto Zeignarik?
Hace 100 años, a principios del siglo XX, el psicólogo Kurt Lewin comentó con Bluma Zeigarnik, una investigadora soviética, que le resultaba curioso que los camareros recordaran mejor el pedido de una mesa que aún no había pagado o no había sido servida, que de las mesas que ya habían pagado o estaban servidas.
Bluma Zeigarnik se interesó por esta cuestión e inició una investigación que luego pasó a llevar su apellido.
1927
Bluma juntó a un grupo de voluntarios. Su tarea consistía en hacer sucesivamente 20 ejercicios que variaban entre problemas matemáticos y tareas manuales. Para comprobar si lo planteado por su compañero de trabajo era cierto, interrumpió a los participantes. Algunos en medio de un ejercicio y otros, con el ejercicio concluido. Comprobó que ocurría lo mismo que con los camareros. Recordaban más datos del ejercicio sin acabar que del terminado.
¿Por qué es importante el efecto Zeigarnik?
Durante el nacimiento de la psicología cognitiva, a finales de los años 50, su estudio fue tomado en cuenta para otros procesos cognitivos y se extendió al aprendizaje. Se postuló que era efectivo para una buena memorización, hacer pausas durante el estudio, que facilitaran la capacidad del cerebro para recordar lo estudiado.
Pero el efecto Zeigarnik traspasó el entorno científico y llegó hasta la publicidad, a las series de televisión incluso. Algunos anuncios publicitarios se basan en una historia que se presenta por partes. Con eso aprovechan la capacidad del cerebro para recordar los temas inconclusos y consiguen que los clientes potenciales recuerden mejor las marcas.
Infelicidad
Y también es motivo de infelicidad. El Efecto Zeigarnik está detrás de que te tortures con aquellos cursos que no has terminado, con no haber concluido tu carrera profesional o incluso con las relaciones que sientes que no han sido “cerradas” adecuadamente.
Este es uno de los temas de mi taller El Árbol de la Felicidad.
Puedes leer aquí el programa del Taller. Son 6 módulos y es online. No hay excusa para seguir viviendo en la infelicidad.
Un abrazo