Ana y Juan llevaban 5 años de casados cuando él tuvo la suficiente confianza como para preguntar algo que le intrigaba sobre cómo hacía su esposa algo.
Una tarde, mientras ella cocinaba, lo hizo.
—Amor, ¿por qué cortas las puntas a la carne antes de meterla al horno?
Ana lo miró y con seguridad respondió
—Porque se hace así.
Juan, algo irritado, volvió a preguntar:
—¿Por qué se hace así?
—Porque mi madre siempre lo ha hecho así. La próxima vez que vaya a su casa, le pregunto.
Dos semanas más tarde era fin de año e irían a cenar con la familia de Ana, ahí tendrían oportunidad de preguntar.
Al llegar esa tarde a casa de sus suegros, Juan no olvidaba lo que le intrigaba.
Así que tomó a su esposa del brazo con complicidad y juntos preguntaron:
—Mamá, ¿por qué le cortamos la punta a la carne antes de llevarla al horno?
A lo que la suegra de Juan contestó:
—Por qué se hace así.
Juan, con calma, preguntó:
—¿Y por qué se debe hacer así?
—No lo sé. Mi madre siempre lo hizo así. Ana, ve a llamar a la abuela y le preguntamos.
La abuela, que estaba en el salón, se unió a la reunión de la cocina. Estaban allí tres generaciones y una pregunta.
—¿Abuela, Por qué hay que cortar las puntas a la carne antes de ponerla al horno? —preguntó Ana esperando una respuesta que le diera la razón a ella sobre la opinión de su esposo.
A lo que la abuela respondió:
—¡¡Ah, eso!!
—No hace falta, yo lo hacía así porque mi bandeja del horno era pequeña y si no le cortaba las puntas, la carne no entraba.
¡Hola queridos lectores!
Se acercan las fiestas y posiblemente tengan oportunidad de vivir situaciones en las que no estén de acuerdo en porque en la casa de la familia de sus parejas hacen las cosas de distinta manera que en la propia familia.
Es un excelente momento para comprender que hay más de una manera de hacer las cosas y no sirve discutir por cómo se hacen.
También es una excelente oportunidad para aprender a aceptar que otras personas tienen otras maneras y podemos vivir con ello.
Sin juzgar.
Sin criticar.
Buscando comprender.
Lo que creemos que debe hacerse o ser de determinada forma, muchas veces solo es algo aprendido y no una regla fija para todo el mundo. Es dañino discutir por esto.
Recuerda poner lo valioso siempre por encima de lo importante. Porque puede ser importante no desperdiciar un trozo de carne, (o cualquier otra cosa que tu pareja haga diferente) pero no hace falta hacer daño a lo valioso, (la persona y la relación) porque tengan maneras diferentes de hacer algo.
Carta #15 para un Mundo Mejor.
Valioso vs Importante. Darse cuenta del daño que podemos hacer al poner por delante lo importante.
Donde fueres, haz lo que vieres, dice una antigua frase.
Diferencias cotidianas en las familias: Pequeñas costumbres, grandes lecciones
Cuando nos unimos a alguien en matrimonio o convivencia, inevitablemente llevamos con nosotros el «manual de vida» que aprendimos en nuestras familias. Sin embargo, descubrir que nuestra pareja tiene «otro manual» puede generar conflictos innecesarios si no abordamos estas diferencias con apertura y respeto.
¿Qué te resulta “curioso” que hace tu pareja y es diferente a cómo lo hacían en tu casa?
Aquí tienes una pequeña lista de cosas cotidianas que pueden hacerse de maneras distintas en familias diferentes y que son oportunidades para el aprendizaje mutuo:
Costumbres que varían entre familias:
Zapatos al entrar a casa: En algunas familias es imprescindible quitárselos, mientras que en otras se considera innecesario.
Temperatura en invierno: Algunas familias prefieren mantener la calefacción alta y usar poco abrigo en casa, mientras que otras usan mantas y ropa abrigada.
Ventanas en verano: Para algunos, las ventanas se deben cerrar en las horas de más exposición solar, para evitar que entre más calor; para otros, deben abrirse para permitir la ventilación.
Horarios de comidas: Algunas familias almuerzan a las 12 en punto, mientras que otras lo hacen más tarde, entre las 2 y las 3.
Forma de hacer la cama: Desde estirar las sábanas con precisión militar hasta simplemente cubrirla para que no se vea desordenada.
Forma de doblar la ropa: Puede variar desde un sistema meticuloso para ahorrar espacio hasta algo más relajado que priorice la velocidad.
Método para lavar los platos: Algunos enjuagan primero y luego aplican jabón; otros lo hacen en un solo paso, mientras dejan correr el agua.
Decoraciones de fiestas: En algunas familias se siguen tradiciones específicas (colores, tipo de luces), mientras que en otras hay más flexibilidad o creatividad. O minimalismo.
Uso de tecnología en la mesa: Para algunas familias, usar el móvil durante las comidas es una falta de respeto; en otras, no lo ven como algo tan grave.
Maneras de saludar: Hay quienes saludan con un beso en la mejilla, un abrazo, o un simple «hola» desde lejos, dependiendo de lo aprendido.
Cómo convertir las diferencias en crecimiento:
Practica la curiosidad, no el juicio: En lugar de criticar una costumbre diferente, pregúntate por qué se hace de esa manera, desde la curiosidad. Recuerda, si estás pensando en “mejor o peor” forma de hacer algo, estás enjuiciando. A veces no es mejor o peor, simplemente diferente.
Habla desde el «yo»: Expresa tus necesidades o preferencias sin invalidar las de tu pareja. Ejemplo: “Yo prefiero abrir las ventanas porque siento que me ayuda a respirar mejor”. Una discusión para ver quién tiene la razón y cuál es la mejor manera de hacerlo jamás terminará bien. Porque ambos razonan desde puntos de vista diferentes.
Acuerdos flexibles: Encuentren un punto medio donde ambas partes se sientan respetadas. Por ejemplo, «Podemos dejar la calefacción un poco más baja en la habitación, pero más alta en la sala».
Humor y amor: Si algo parece completamente extraño o innecesario, no hay nada mejor que reír juntos de esas diferencias y recordar que son parte de lo que hace única a cada familia.
En estas fiestas, recuerda ir con predisposición a tener paz y dejar a los demás también en paz, sin tus preguntas enjuiciadoras.
Queda poco, y puedes aprender a hacerlo. Te dejo a continuación algunas estrategias para resolver conflictos por diferencias “familiares/culturales” que protejan el vínculo de la pareja. Es contenido exclusivo para los suscriptores.
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